La forma en arquitectura ha sido tradicionalmente limitada a cuerpos geométricos finitos, actuando como un vientre artificial que nos resguarda. Pero en un mundo donde la ciencia confirma que somos energía —y que la materia es simplemente una vibración densa—, es imperativo que la arquitectura trascienda la caja rígida para alinearse con nuestra naturaleza energética.
El verdadero reto es diseñar siguiendo el patrón geométrico de nuestro campo bioelectromagnético (CEM), un patrón que nuestros limitados sentidos no perciben.
Los Pioneros del Campo Humano y la Resonancia
Figuras visionarias ya exploraron este cruce:
- Harold Burr (1889-1973) proveyó las primeras evidencias científicas del CEM, denominándolo Campos de Vida.
- Dr. Robert O. Becker (1923-2008), con su obra The Body Electric, fue pionero en la electromedicina, demostrando la interconexión entre la electricidad y los organismos vivos.
- Nikola Tesla (1856-1943) ya destacaba la resonancia fundamental entre el sistema biológico humano y la Tierra, notando que las ondas alfa del cerebro (entre 6 y 8 hercios) operan en un rango similar al de la resonancia eléctrica terrestre. Lograr esta sintonización es la clave para la salud y el bienestar.
El Patrón de la Vida: La Geometría Toroidal
La ciencia actual afirma que la estructura tridimensional del CEM humano es un toroide. Esta forma, similar a una dona, es un patrón autosostenido de flujo de energía, observado en fenómenos naturales que van desde la estructura de las galaxias hasta la magnetosfera de la Tierra.
El corazón genera el campo electromagnético más potente del cuerpo, y esta estructura adopta la forma toroidal. Como observó el científico Arthur M. Young, el toroide es el único patrón de dinámica de movimiento que puede sostenerse a sí mismo. Su flujo es un vórtice espiral continuo, un centro vital.
El Dilema de la Arquitectura Convencional
La forma toroidal es un fractal —un patrón que se repite infinitamente a diferentes escalas, como sugieren investigadores como Dan Winter para el ADN.
Sin embargo, las estructuras cuadradas o rectangulares en las que vivimos son formas que, geométricamente, desisten de este flujo toroidal natural. Al carecer de centro y de la dinámica energética inherente al toroide, estas formas artificiales limitan el potencial energético y, por ende, el grado de conciencia de sus habitantes.
¡La llamada a una Alianza Global!
Es el momento de que la comunidad arquitectónica mundial abandere el cambio. Requerimos una nueva escuela de diseño basada en la Bio-Geometría Toroidal para crear entornos que potencien la energía vital de quienes los habitan. Le invitamos, colega arquitecto, a formar parte de una Alianza Estratégica Internacional para ser la referencia mundial que impulse esta arquitectura de la conciencia.
Profundice en la comprensión de la forma toroidal como clave de la vida y el diseño:
Carolina Gardiol
